Cualquiera
que quiera dedicarse a la limpieza de
edificios y locales en Bilbao debe conocer cómo se deben tratar los suelos
y pavimentos de mármol. El mármol es un pavimento elegante y muy agradecido de
limpiar, siempre y cuando esa limpieza se realice correctamente. Porque cuando
no se utilizan los productos adecuados ni se siguen los métodos apropiados el
resultado es un suelo mate, apagado y con un aspecto permanente de suciedad.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que se trata de un material muy poroso
por lo que, si al limpiarlo, se utiliza agua en abundancia y se deja secar al
aire, es muy fácil que la suciedad y el polvo se incrusten profundamente en
esos poros. Por lo tanto, la primera medida que deben tomar los responsables de
la limpieza de edificios y locales en
Bilbao es no utilizar el agua para limpiar el mármol y mucho menos aún,
productos abrasivos como pueden ser la lejía o el amoniaco.
En los suelos de mármol hay que quitar el polvo con frecuencia, varias veces al
día si se trata de lugares con mucho tráfico de personas, utilizando para ello
un aspirador o una mopa, y recoger lo antes posible cualquier líquido que pueda
caer sobre él. Es posible que, con el uso, de vez en cuando puedan aparecer
manchas que no salen fácilmente. En ese caso podemos aplicar una mezcla de agua
y vinagre blanco con la condición de secar a conciencia nada más eliminarla.
Para mantenerlo siempre brillante es necesario, una o dos veces al año,
abrillantarlo utilizando una maquinaria especial, pero de este proceso ya te
contaremos más detalles en un próximo artículo en el blog de Limpiezas Limpsa.